BOTRIOSFERA EN PISTACHO

BOTRIOSFERA EN PISTACHO

Botryosphaeria dothidea (Mougeot) Cesati & de Notaris (anamorfo Fusicoccum aesculi Corda)

Descripción

El hongo que produce esta enfermedad es un ascomiceto que se propaga por el aire y que produce micosis vasculares en numerosas especies vegetales, entre las que podemos destacar el almendro, el nogal y afecta también al pistacho.

Los picnidios de este hongo (estructuras que albergan las conidiosporas) se encuentran presentes en los brotes del crecimiento del año anterior (en yemas, heridas, peciolos, raquis, etc.). Son las principales fuentes de inóculo durante el invierno, y es durante la primavera cuando las lluvias las propagan por la propia planta y por el suelo. Estas conidiosporas también pueden ser transportadas por insectos, aves, herramientas de poda y a través del agua de riego.

La infección se produce al germinar las conidiosporas y desarrollar su tubo germinal, que penetra a través de los estomas de las hojas y brotes tiernos. Las conidiosporas no se desarrollan a temperaturas por debajo de 6 °C. Si la primavera es lluviosa y las temperaturas superan los 10 °C se pueden llegar a producir infecciones importantes en yemas, brotes y axilas de las hojas. No obstante, el desarrollo de este hongo es mucho mayor a medida que avanza el verano, cuando las temperaturas son más altas, y si se dan condiciones de elevada humedad relativa ambiental. Las condiciones óptimas para la germinación de las conidiosporas son temperaturas entre los 27-33 °C y una humedad relativa elevada durante un periodo de al menos 10 horas. Si la elevada humedad relativa se alterna con periodos secos, la incidencia de la enfermedad puede llegar a ser mucho mayor.

Síntomas y daños

El síntoma característico es la marchitez de hojas y racimos que permanecen momificados en el árbol de un año a otro. Las hojas afectadas comienzan a caerse a partir de julio y, si la infección es grave, la defoliación suele ser general al final del verano, produciendo un súbito debilitamiento del árbol.

Los primeros síntomas aparecen en primavera. Las ramas que fueron infectadas en la temporada anterior producen brotes y racimos donde se desarrollará el hongo, causando retrasos en la brotación y escaso desarrollo de los brotes, entrenudos cortos, clorosis foliar y yemas florales que terminan secándose.

En la base de los brotes se pueden observar lesiones oscuras, así como en el raquis de las hojas y de los racimos. Las hojas presentan manchas y lesiones necróticas circulares con los márgenes cloróticos; a mediados de mayo las hojas pueden llegar a marchitarse por completo. A diferencia de Alternaria, Botryosphaeria no produce esporas en las lesiones de hojas, por lo que para para diferenciar los síntomas basta con frotar las lesiones con los dedos; si los dedos se oscurecen se trata de Alternaria.

En la madera se observan necrosis sectoriales, tanto en zonas internas en el patrón o las ramas de la variedad como también en la zona de injerto.

Los frutos también pueden resultar infectados, a menudo a través de las lesiones que causan en ellos las picaduras de diferentes chinches.

Periodo crítico para el cultivo

El desarrollo de la enfermedad se pone de manifiesto desde finales del mes de mayo hasta octubre, aumentando los daños antes de la recolección. Si una vez iniciada la brotación, las yemas no llegan a producir brotes o éstos son anormales, es muy posible que el árbol haya sido infectado.